martes, 21 de enero de 2014

DIPLOMA ROMANO: Cuestión de honor....

Los diplomas militares romanos era documentos escritos mediante cincel sobre bronce. Certificaban que su portador había sido licenciado con honores y que se le había otorgado la ciudadanía romana en recompensa por sus servicios.

Diploma realizado por el Artesano Numantino y original hayado en Klostemburg.

Estos diplomas resultaban ser copia ante notario de un decreto original realizado por el emperador vigente.

Se escoge una buena chapa de latón y se trasfiere el texto.

Los hombres que recibían esos diplomas podían haber servido en las tropas auxiliares romanas, en la armada romana, en la caballería de la Guardia Pretoriana o en las cohortes urbanas encargadas de la seguridad pública en la ciudad de Roma.

Se crean los cinceles apropiados para realizar las letras y 
se golpean con un martillo sobre un tas de acero.

El veterano al recibir la ciudadanía romana, conseguía importantes ventajas legales y fiscales, incluyendo la exención del impuesto por cabezas, que sí que debían pagar todos los súbditos del imperio que no fueran ciudadanos romanos.

La ciudadanía también se le otorgaba a los hijos naturales del veterano, pero no a su cónyuge.
Los soldados tenían prohibido contraer matrimonio durante el servicio militar, aunque millares de ellos tenían relaciones estables con mujeres locales y creaban familias, por tanto al recibir el diploma esto se legalizaba o regularizaba de cierta manera y originaba el derecho de matrimonio mixto que resultaba necesario para que un ciudadano romano contrajera matrimonio con un no ciudadano.

Las letras quedan perfectamente marcadas.

Estos diplomas estaban compuestos por dos planchas de bronce unidas pòr arandelas o cuerdas. Las inscripciones figuraban en ambos lados de las planchas y el texto quedaba registrado en la Tábula interior,  mientras que la tábula exterior recogía el nombre de 7 testigos.

Las tabulas se cerraban y sellaban de modo que la inscripción externa fuera legible sin romper los sellos y la inscripción interna quedaría como copia notarial del texto.


Diploma acabado mostrando las dos tábulas y diploma cerrado.
Orgullosos romanos......

El portador del diploma una vez que llegaba la provincia donde esperaba vivir su retiro presentaría el diploma al funcionario encargado de los archivos y este rompería los sellos y comprobaría la información. Si todo estaba en orden registraría el diploma y a su portador en el registro de ciudadanos romanos.